Museo de Arte Siniestro

«Cuando todo se vuelve mercancía, solo hay dos maneras de resistir: desde la gratuidad o desde el ridículo.»

Darío Sztajnszrajber

“En lugar de crear una superestructura monolítica e inamovible, o sumamente lenta al responder a las necesidades y deseos que la realidad va produciendo, hemos creado una máquina desmontable y transportable que puede responder a ellas con suma rapidez”

R. Colom

«Estoy interesada en experimentar los límites entre la lectura y lo visual al interior del contexto expositivo. También el trabajo apunta a cuestiones de autoría. Cuando trabajo con la fachada institucional de Museumuseu, por ejemplo, juego con varias opciones y es a menudo incierto si el trabajo es un colectivo, un museo real, una invención o título ocasional de un trabajo. Realmente es todas estas cosas.«

M. Bethônico.

“Mi museo equivale a hablar de arte. El museo normal pone en escena simplemente una forma de verdad. Cuando una obra de arte encuentra su condición en la mentira o el engaño
¿es una obra de arte? No tengo respuesta”.

Marcel Broodthaers

Museo de Arte Siniestro
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Influidos por el «Museo de Arte Moderno» de Marcel Broodthaers, la “BIPA” de Roger Colom, el “Museo del Jabón” de Mabe Bethonico, y a partir de las «10 propuestas para una nueva política museística» de José Luis Brea (transcipto más abajo) hemos decidido dar vida al  Museo de Arte Siniestro -como ANTI-INSTITUCIÓN MUSEÍSTICA-.

¿Es necesario? Definitivamente.  La necesidad de un Museo de Arte Siniestro surge a partir de la clausura de la institución oficial encargada de exhibir las obras de Libero Badii, referente indiscutible de esta manera de concebir el Arte y la Vida. Siendo esta lamentable situación un hecho consumado la resistencia por medio de la denuncia se demostró para nosotros inconducente -la acción que hemos desarrollado en el año 2012 da cuenta de esto-. Insistir en ello no repondría ningún valor al daño ocasionado al patrimonio y memoria cultural por el olvido al que han recluido a la obra -y pensamiento- de Libero Badii, producto de aquella situación.
Por ello hemos decidido elaborar un tipo de acción artística -no menos basada en la denuncia que en la construcción de una institución paralela- en disputa simbólica con la clausurada institución oficial.
Por lo ante dicho y con el fin de reintegrar al conocimiento público la obra de Libero Badii y más ampliamente producciones de arte Siniestro, el potencial Museo de Arte Siniestro, nueva institución siniestra, es concebido en una primer instancia como compuesto de una serie de dispositivos de exhibición plegables y móviles los cuales sean capaces de trasladarse y desplegarse en cualquier ámbito forzando su interacción con situaciones cotidianas no museísticas.

El M.A.S (Museo de Arte siniestro) -como micro-proyecto de Libero-A-Badii- pretende ser la maquina de guerra con el cual podamos Inbadiir el espacio, ya sea este público o privado, penetrarlo es nuestra intención.


 

El Museo como Antimuseo [1]
(10 Propuestas para una nueva política museística)

1. La historia es una mentira piadosa que el museo actual no debe contribuir a sostener. Jamás un museo actual debe proceder según criterios historiográficos. No hay una historia por reconstruir: todo el pasado pertenece por igual a una memoria magmática en la que cualquier pretensión de trazar caminos seguros o genealogías unidireccionales sólo da lugar a un conocimiento falseado, originando una devaluación del auténtico potencial generativo y significante, de ese fondo de memoria involuntaria que lo pasado constituye.

•  Corolario: Jamás un museo actual debe consentir una dirección historicista.

2. Cualquier circunscripción regionalista de las formas de la cultura o el arte es una mentira piadosa, por no decir una indefendible y patética expropiación de la realidad de lo cultural y su instrumentación para finalidades heterónomas e incompatibles. No hay culturas nacionalistas o locales por construir o reconstruir: el fondo de que se nutre la verdad de la experiencia artística no conoce fronteras o diferenciales ubicables en entornos lingüísticos estancos. Jamás un museo actual debe fundamentar su actividad en criterios de estanqueidad cultural.

3. Jamás un museo debe consentir una dirección política. Cualquier sumisión de la actuación del museo a los intereses de la institución política supone perjuicio y rarefacción del interés elucidatorio de la verdad de la experiencia artística que al museo actual corresponde como única finalidad propia y es, por tanto, incompatible con su desarrollo.

•  Corolario: No es concebible un museo actual que realice una tarea de interés si su dirección no disfruta de plena autonomía respecto a la institución política.

•  Corolario segundo: Vale como síntoma de la falta de precisión en la tarea propia del museo actual la presencia sistemática en él del político. Dondequiera que un acto es presidido por un político, se hace evidente su falta de verdad desde el punto de vista de la que sería, auténtica función del museo.

4. Las técnicas, los géneros y la especificidad disciplinar de los campos creadores son mentiras piadosas que un museo actual no debe contribuir a sostener, ni siquiera por razón de su estructuración departamental. El hecho creativo se da a partir de la contaminación mutua de todos los campos, géneros y técnicas de producción lingüística, y es preciso que el museo actual, lejos de levantar divisiones clasificatorias cualesquiera, explore y potencie esa fricción en las fronteras.

•  Corolario: Jamás un museo actual debe consentir una dirección de formación especializada, ni una estructuración por especialidades.

5. El museo actual debe prescindir de patronatos. Otorgar cualquier capacidad decisoria a personas que tienen su relación cognoscitiva con el arte antes en función de su vínculo con las esferas del dinero o el poder que con el de las ideas estéticas redunda en perjuicio del desarrollo de la que debe ser auténtica función del museo: la elucidación del contenido de verdad de la obra de arte, la exposición de la forma constelación en la que ésta cobra sentido y potencia de afección.

6. La esfera del mercado de las obras de arte se superpone a la de su contenido de verdad, extendiéndose como un velo que trastorna y mediatiza su experiencia, por lo que si se persigue elucidar su contenido de verdad, se hace preciso excluir escrupulosamente de la gestión del museo actual cualquier lazo con intereses de mercado, ya sea éste el de coleccionistas privados, ya el de comerciantes de mercancía artística.

•  Corolario: No puede consentirse que personas vinculadas al coleccionismo, y mucho menos al comercio con obras de arte, posean alguna relación con órganos decisorios en la gestión de museos.

7. La actualidad es una mentira piadosa que el museo no debe contribuir a sostener. La supuesta verdad de lo actual sólo se sostiene como correlato de la de lo histórico, de cuyo despliegue se pretende culminación validada y validatoria. Lejos de ello, es preciso rescatar una percepción ahistoricista que afronte actualidad y pasado como lugares tensionales de una misma e inestable flotación ondulatoria irradiadora de significancias y potenciales de afección al sujeto que se pone en relación dialéctica con ella.

8. La prensa es un instrumento de organización de consenso y cohesión de masas, eficaz por tanto sólo para objetivos diversos al interés cognoscitivo y experiencial que debe orientar la actividad del museo. Esta debe aspirar a la inducción del disentimiento respecto a cualquier lugar común de supuesta verdad difundido, en su dinámica espontánea de convocatoria al consenso, por los media. El museo debe por tanto ejercer sistemática resistencia a los media, en los que nunca puede ser expuesto el contenido de verdad de las obras -ni por tanto el de su actividad.

•  Corolario: Jamás debe admitirse la vinculación de personas relacionadas con el mundo del arte a través de la prensa a órganos decisorios de la gestión del museo.

9. Jamás el interés difusor del conocimiento artístico debe anteponerse a la calidad con que éste debe producirse. El museo actual no debe ser concebido para las masas, sino para inducir formas intensivas de experiencia en colectivos interesados, sea cual sea su alcance numérico. La masa es una ficción inoperante en el orden de lo cultural -o, dicho de otra manera, un dispositivo de control político gestionado precisamente a través de la instrumentación cultural a que es sometida.

•  Corolario: Carece de sentido hoy el «gran museo», inductor del baudrillardiano efecto beaubourg, si no es concebido como puro contenedor de pequeños museos, como sistema planetario de actuaciones dispersas.

10. A partir de una concepción globalizada de la esfera de lo cultural, tanto espacial como temporalmente, la actuación del museo debe concebirse como estructura de retícula expandida, y satelizada a su vez en entornos reticulares más amplios, en cuyas partes lo extremo busque la confrontación con lo extremo como estrategia de puesta en evidencia crítica del contenido de significancia de la obra en sus articulaciones con todo lo otro, con todo aquello que compone la figura inestable de constelaciones versátiles, por cuyo trazado al museo le corresponde vagar, nunca fijar.

Resumiendo: El museo actual habría de ser concebido como antimuseo. Ha de explorar y trasponer continuamente sus límites, para, sobre ellos, organizar su trabajo elucidatorio, el trabajo espiritual temporero que constituye, por excelencia, su tarea propia.

José Luis Brea
Redactado 1989-90


[1] Brea, José Luis Las auras frías. El culto a la obra de arte en la era postaurática EDITORIAL ANAGRAMA, Barcelona, 1991


 

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